• Por: Marcelo Campos
Karen Scarpetta, colombiana con amplia trayectoria internacional, plantea un modelo integral para transformar los entornos laborales, priorizando la salud mental, la innovación y el desarrollo comunitario. Su estrategia de seis esferas de vida busca revolucionar la forma de trabajar, desafiando los esquemas laborales convencionales.
En un contexto de cambios globales, la transformación empresarial se torna en una necesidad más que en una obligación. Es por eso que Karen Scarpetta, colombiana impulsora de la Transformación Organizacional y ex CEO de WeWork Hispanoamérica, propone replantear los esquemas laborales tradicionales que han demostrado limitar la productividad, además de afectar el bienestar humano. Es así que, de acuerdo a sus observaciones, los modelos rígidos como la jornada estándar de oficina no promueven ni el crecimiento empresarial ni la innovación.
“No podemos seguir haciendo lo mismo y esperar resultados distintos”, afirmó.
El enfoque de Scarpetta parte de una pregunta sencilla pero esencial: ¿por qué hacemos lo que hacemos? A partir de esa reflexión, propone integrar seis esferas de vida en las organizaciones, aunque estas premisas se pueden insertar en cualquier aspecto de las personas. La pieza central de su planteamiento se relaciona con las áreas: física, emocional, familiar, laboral, financiera y social.
Su propuesta gira en torno a redefinir los modelos laborales clásicos, esos que dictan jornadas rígidas de lunes a viernes y han demostrado un impacto negativo en la salud mental y la productividad. Por eso propone integrar modelos flexibles que alineen las metas profesionales con el bienestar individual y comunitario.
En este sentido, destaca que las carreras profesionales, emprendimientos y metas no deben ser lineales ni encasilladas en una sola especialidad. Ejemplos locales, como el de Marcelo Claure y figuras internacionales como Shakira sirven para ilustrar lo que ella denomina carreras no lineales. Y es que estas figuras demuestran que combinar múltiples roles, como ser emprendedor, creativo, inversionista, haciendo posible los logros, si están alineados con el propósito.
“No existe el equilibrio perfecto, pero sí una integración consciente que varía según el propósito personal, por eso no se trata de equilibrio, sino de integración. En cada etapa de vida, el propósito guía cuánto peso le damos a cada esfera. Un profesional no debe limitarse a una sola etiqueta: podemos ser líderes, inversionistas, creativos y agentes de cambio, todo al mismo tiempo”, explicó con la analogía de un malabarista manejando seis pelotas sin buscar perfección, sino fluidez.
En este marco, indica que en Bolivia no se necesita esperar inversiones venidas desde afuera para adaptarse a estos modelos, toda vez que el país cuenta con el talento suficiente y las condiciones necesarias, para generar espacios laborales flexibles y así fomentar el crecimiento desde sus propias empresas. Además de destacar la oportunidad de Bolivia para impulsar espacios de trabajo más humanos y tecnológicos sin depender de marcas globales. “El desarrollo empieza en casa, y si crece una empresa, crece toda la comunidad. Cuando una organización crece, sus colaboradores también lo hacen. Y al crecer ellos, se transforma la comunidad”, afirmó.
Finalmente, resalta que el liderazgo debe asumir una postura curiosa y transformadora frente a las crisis. Es así que, considera que la verdadera transformación organizacional nace del autoconocimiento y la valentía de cambiar el “password” mental con el que tomamos decisiones.
“La innovación no es crear algo nuevo, es resolver problemas de forma distinta. Y eso comienza por tomar decisiones desde el autoconocimiento”, concluyó.