CHIQUITANIA: el tesoro turístico natural e histórico escondido en Bolivia

Ubicada en la zona de transición entre el Chaco y la Amazonía, la Chiquitania es una vasta región en el este de Bolivia, cerca de la frontera con Brasil. Destaca por tener muchos atractivos turísticos naturales y materiales, que la convierten en un destino obligado cuando se visita el Oriente boliviano.

En la Chiquitania están asentadas las antiguas misiones jesuíticas, declaradas patrimonio vivo de la humanidad por la Unesco en 1990, toda vez que es la viva expresión del proyecto evangelista de esta orden religiosa durante la colonia. En total son seis misiones que tienen este título: San Javier, Concepción, Santa Ana, San Miguel, San Rafael y San José, concretando lo que se denomina el circuito jesuítico.

Las iglesias de estas reducciones conservan su estilo barroco-mestizo, en un claro sincretismo entre lo indígena y europeo. Estos templos también cuentan con diversas pinturas trabajadas por los indígenas de Tierras Bajas. Todo el circuito misionero, aglutina otras misiones que llegan hasta el departamento de Beni, pero algunas de ellas fueron restauradas, perdiendo su estilo original, por lo que no entraron en la lista de patrimonio vivo de la humanidad. Aun así, esta extensa ruta turística es indispensable de visitar.

Otro de los aspectos por lo que destaca la Chiquitania es su naturaleza y es que es un destino ideal para relajarse y descansar, pero también para realizar senderismo y otras actividades que requieren mucho movimiento. Es así que en el municipio de Roboré se encuentra la comunidad de Aguas Calientes, que cuenta con una de las termas más extensas de Sudamérica. Se trata prácticamente de un río con aguas superiores a los 40 grados centígrados y con una longitud de unos 5 kilómetros. Un lugar ideal para relajar el cuerpo.

Por otra parte, si el objetivo es caminar y escalar, la Reserva Municipal de Vida Silvestre Tucabaca es buena opción para esta práctica. Se trata de un área protegida creada para conservar las serranías de Santiago, Chochís y el valle de Tucabaca. En cualquiera de ellas, se puede realizar senderismo para que en el transcurso y al final de la ruta se pueda contemplar el hermoso paisaje que ofrece la naturaleza o lo que muchos oriundos denominan el “mar verde”, toda vez que desde los miradores pareciera que se está frente al océano. También en el recorrido se puede observar pinturas rupestres y las curiosas formas de
las rocas del valle.

Es así que uno de los muchos artes rupestres que existen en toda la región son las de Urasiviquia, alrededor de 7 kilómetros al norte de Roboré. Esta formación se realizó hace miles de años por grupos humanos que grabaron en piedra sus vivencias. Para llegar al lugar se debe internar a la espesa vegetación, por lo que es recomendable ir con un guía y suficientes provisiones para la jornada. El nivel de exigencia para este destino es de media alta.

Otro destino son Las Pozas de Santiago, en pleno corazón del bosque seco chiquitano. Para llegar a estas refrescantes pozas hay que recorrer 5 kilómetros desde la plaza del pueblo. Se podrá encontrar cascadas y aguas cristalinas, rodeadas de una exuberante naturaleza. Esta área cuenta con parqueo en caso de ir con vehículo, pero se debe ingresar caminando un trecho de la ruta.

Otra cascada paradisiaca es El Velo de la Novia, a casi 3 kilómetros de la plaza de Chochís, por lo que se puede llegar caminando. En el mismo la gran cascada da el nombre al lugar y es ideal para darse un chapuzón y luego descansar en contacto con la naturaleza. De igual forma, el Chorro de San Luis en el municipio de Roboré cuenta con una cascada de más de 20 metros de altura y tiene piscinas naturales, estos destinos son ideales para estar en contacto directo con la naturaleza.

Y si de historia se trata, se puede visitar el Museo Arqueológico de Los Sotos, en la comunidad del mismo nombre. En este pequeño lugar se encuentra diversas piezas artesanales de las culturas que se asentaron en esta región hace miles de años. Toda la zona rebosa de indicios de pueblos indígenas precolombinos, pero que a la fecha no han sido estudiados a profundidad, para conocer algunos aspectos de su vida diaria.

Toda la región cuenta con servicios de hotelería al alcance de cualquier bolsillo, aunque dependerá de la temporada que la visites, porque a lo largo del año se realizan eventos que atraen muchos visitantes como: el Festival de la Orquídeas, el Festival Internacional de Música Barroca, el Festival Posoka Gourmet, Festival Arte para la Conservación, entre otros.

Varias instituciones buscan impulsar el desarrollo y turismo de toda la región, una de ellas es el Centro para la Participación y el Desarrollo Humano Sostenible (CEPAD), entidad que viene colaborando en varios proyectos sostenibles. Recientemente están ayudando al proyecto Ciudades Intermedias, que consideran una alternativa al flujo migratorio, no solo campo-ciudad, sino al desplazamiento ciudad-megaciudad, que es muy característico en Latinoamérica.
Según Rubens Barbery, presidente del CEPAD, afirma que es crucial explorar el turismo como una vía para fomentar el crecimiento de la región, pero que va más allá de solo generar ingresos económicos, porque actúa como un incentivo práctico para la provisión de servicios básicos, como salud, agua potable, energía eléctrica y urbanismo. Así mismo, indica que los municipios deben comprender que son parte de un mapa que requiere integrarse como una oferta completa, estableciendo redes y acuerdos, incluido la complementariedad público y privado.

“El turismo impulsa la planificación a mediano y largo plazo, aunque la mayoría de los municipios cuentan con recursos turísticos, muchos carecen del producto turístico, es decir los servicios básicos y cumplir con las condiciones necesarias para ser considerado un municipio
turístico”, señala Barbery.

También revela que más del 80% del empleo generado por el turismo en la provincia Chiquitos, es ocupado por las mujeres. Además, reveló que a esto se suma el punto de vista de la sostenibilidad ambiental, afirmó que el turismo genera el incentivo para que la conservación del recurso natural aprovechado turísticamente, sea más rentable que su depredación.

Lamentablemente esta zona es una de las más afectadas por los incendios que se producen cada año y que en las últimas gestiones se han incrementado. A la fecha las autoridades calculan que se han quemado alrededor de 7 millones de hectáreas de bosques, con un impacto casi irreversible a la naturaleza y la consecuente humareda que afecta a la población.

Por último, la CEPAD señala que en toda la región cada municipio se ha identificado con un recurso dinamizador, por ejemplo, Concepción se identifica con el Santuario de la Orquídea, Roboré se nombra Capital del Arte Rupestre, San Ignacio de Velasco como Capital de la Moda Chiquitana, entre otros. De esta forma cada municipio cumple una característica que le permite desarrollar un recurso con actividades turísticas.