ARTE DE CHILE Y PERÚ llega a las salas de Manzana 1

La artista visual Caro Bloj con la muestra de cerámicas Las penas se curan con agua salada, Gonzalo Saiz con la colección de pinturas Historia de una sombra, ambos de Chile y Los colores del conflicto: Perú (1980 – 2000), del peruano Rafael Jimenez tomaron las salas de Manzana 1 Espacio de Arte desde el viernes 5 de julio hasta septiembre. En esta ocasión el público podrá compartir con los autores, en las plantas baja y alta de la galería, respectivamente.

ARTE DE CHILE YPERÚ llega a las salas de Manzana 1

LAS PENAS SE CURAN CON AGUA SALADA, 2021: Curarse con agua salada es tanto el mar, un lago o las lágrimas. El agua puede entregarte un sentido de vida y a la vez matarte. El agua quema. El agua esculpe dejando marcas en la identidad y en los territorios.

La curadora Dermis León explica que Las penas se curan con agua salada “recorre espacios en el tiempo, paisajes y personajes elaborados por la multifacética artista chilena Caro Bloj. Como pocos de su generación, maneja una diversidad de lenguajes y materialidades: desde la ductilidad de la arcilla hasta la construcción sofisticada de imágenes en movimiento. Así, las obras presentadas permiten valorar la complejidad de su trabajo, cuya línea sutil diacrónica encuentra en los referentes e imaginarios la idea de la construcción de la identidad desde la geografía”.

León agrega que “todo, en su conjunto, desde la videoinstalación, los retablos cerámicos, las pinturas sobre tela y las esculturas cerámicas parecen dibujar las texturas y los paisajes de las tierras telúricas latinoamericanas para generar en nosotros la presencia de algo más íntimo y complejo: esa pertenencia al lugar que moldea, sin duda alguna, nuestra identidad”.

Sobre Historia de una sombra, el artista Gonzalo Saiz afirma que, teniendo la geometría como base, “se fundamenta en las tramas de elementos inconclusos permitiendo profundidad y mostrando un mundo desconocido de proyecciones, desplazamientos, sombras… La analogía de este trabajo revela que muchas veces los elementos que no son tan importantes como los participantes de la escena, ya que la ausencia de estos permite configurar un nuevo mundo con nuevas interacciones en distintos planos”.

La curadora Verónika Tupayachi, acerca de Los colores del conflicto: Perú (1980 – 2000) de Rafael Jimenez detalla: “Las memorias personales y colectivas de las generaciones pasadas moldean la vida de las nuevas generaciones. Nuestras palabras, pensamientos e incluso cuerpos, llevan cuenta de estas memorias. Pero ¿qué sucede si las historias se diluyen, se silencian o se cambian? Rafael Jimenez Oliver (Lima,1991), nace en medio del periodo de violencia y siente que la desmemoria oficial y ciudadana está sustrayendo, una y otra vez, sucesos, testimonios y vidas de aquel tiempo”. En su opinión, la exposición de Jimenez “propone una nueva mirada sobre lo que pasó, más allá del recuerdo borroso de hechos dolorosos y situaciones trágicas, para buscar la dignificación y reparación de las víctimas que podrían ser olvidadas o negadas por una escasa política nacional de la memoria.