• Por: Regina Ortiz / fotografías Internet
El Equipo Bolivia de Salto Ecuestre ya se encuentra compitiendo en los Juegos Bolivarianos Ayacucho–Lima 2025, llevando a la pista no solo sus mejores resultados deportivos, sino también el sueño de subir al podio en una de las competencias más exigentes de la región.
La nueva élite ecuestre boliviana
El equipo nacional está conformado por cuatro binomios que sintetizan talento, experiencia y una conexión profunda con sus caballos:
• Diego Canelas & Cornlenzky Z
• Diego Iturralde & Jack Daniel’s TH
• Mauricio Zalles & Cyrana
Cada uno de ellos llegó a esta cita continental tras un proceso de clasificación y competencias nacionales e internacionales que pusieron a prueba su temple en pista. Son jinetes que han demostrado constancia durante años, construyendo una relación de confianza con sus caballos, afinando técnica y sumando recorrido en escenarios de distinto nivel y dificultad.
Detrás de estos nombres hay una historia compartida: horas de entrenamiento, madrugadas en el picadero, viajes, lesiones superadas y una misma motivación: ver la bandera boliviana ondear en lo más alto del podio.
De Bolivia a Lima: el viaje de los verdaderos protagonistas
Antes de los aplausos llegaron los cuidados. Los atletas equinos del Equipo Bolivia emprendieron viaje rumbo a Lima en una logística milimétrica que incluyó transporte especializado, controles veterinarios y un acompañamiento constante del equipo técnico.
Una vez instalados en territorio peruano, los caballos atraviesan un proceso continuo de adaptación y cuidado: aclimatación al entorno, rutinas de trabajo ajustadas, seguimiento médico y toda la atención necesaria para que lleguen en su mejor versión a cada recorrido.
Los jinetes Diego Canelas, Diego Iturralde y Mauricio Zalles, junto al staff técnico, viajaron con ellos y se encuentran concentrados en las instalaciones ecuestres de los Juegos, afinando detalles antes de cada presentación. Entrenadores, veterinarios, auxiliares y coordinadores forman parte de un engranaje silencioso, pero esencial, para que cada binomio pueda enfocarse exclusivamente en su desempeño en la pista.
Identidad, disciplina y pasión tricolor en cada salto
La presencia del equipo boliviano en Ayacucho–Lima 2025 trasciende el resultado de una ronda o una final. Simboliza el crecimiento de la hípica nacional, el esfuerzo de clubes, familias y federaciones, y el compromiso de una generación que entiende el deporte como una herramienta de identidad y proyección internacional.
En un escenario donde cada derribo puede marcar la diferencia entre el podio y la tabla media, los binomios bolivianos compiten con un sello claro: coraje competitivo y elegancia en pista, respaldados por años de experiencia en circuitos nacionales y una preparación meticulosa que combina técnica, estrategia y conexión emocional con sus caballos.
Para los amantes del deporte, el paso del equipo por los Juegos Bolivarianos es una invitación a seguir de cerca a estos jinetes que hoy encarnan lo mejor del salto ecuestre boliviano. Para las nuevas generaciones, es la prueba viva de que los grandes escenarios también pueden tener acento boliviano.
Cuando el alma es boliviana, la pasión no tiene límites
En cada recorrido perfecto, en cada vuelta de reconocimiento y en cada saludo al público hay algo que no figura en las planillas oficiales: el peso simbólico de llevar el nombre de Bolivia en el peto, en la chaqueta y en el corazón.
El Equipo Bolivia de Salto Ecuestre compite en Ayacucho–Lima 2025 con la responsabilidad de dejarlo todo en la pista, pero también con el orgullo de representar a un país que, paso a paso, está saltando más alto en el mapa deportivo de la región.







