EJERCICIO Y LIDERAZGO: cómo la actividad física puede mejorar las habilidades de liderazgo

Por Daniela Coronado / Fotografías internet

En el mundo actual, donde el liderazgo efectivo es tan valorado como escaso, cada vez más expertos coinciden en que el bienestar físico y mental es clave para desarrollar habilidades de liderazgo sólidas y sostenibles. Joaquín Antequera, Coordinador de Deportes de la Universidad Privada de Santa Cruz de la Sierra, lo resume con claridad: “La actividad física es una herramienta poderosa si quieres ser un líder que busca mejorar la efectividad en el ambiente laboral”. Y no se trata solo de energía o resistencia física, sino de una transformación integral que impacta en la toma de decisiones, la comunicación, la creatividad y la autoconfianza.

Moverse, entrenar o simplemente estirar el cuerpo con regularidad puede marcar una diferencia profunda en la forma en que una persona dirige, resuelve conflictos y se vincula con su equipo. El ejercicio físico, más allá de sus beneficios fisiológicos, se convierte en una poderosa herramienta de liderazgo personal y profesional.

Cuerpo activo, mente clara: el ejercicio como catalizador del liderazgo

Liderar implica claridad mental, manejo emocional y capacidad para tomar decisiones acertadas bajo presión. La actividad física, practicada con constancia, mejora justamente estas capacidades. Al ejercitarse, el cuerpo libera tensiones, oxigena el cerebro y eleva el estado de alerta, lo que repercute directamente en el desempeño laboral. “Nos mantiene con energía, concentrados, y el rendimiento es más óptimo”, explica Antequera.

Cuando un líder cuida su salud física, su mente responde con mayor agilidad. El estrés disminuye, la ansiedad se reduce y, en consecuencia, la toma de decisiones mejora. Estar lúcido mental y emocionalmente no es un lujo para quienes lideran, sino una necesidad. Y en ese sentido, moverse todos los días, aunque sea unos minutos, puede ser el factor diferencial entre reaccionar por impulso o actuar con estrategia.

El ejercicio también favorece la comunicación y la colaboración. Un líder que se siente bien consigo mismo tiene más capacidad de escucha, se muestra más receptivo y genera confianza en su equipo. La conexión cuerpo-mente se traduce, así, en un ambiente laboral más fluido y productivo.

Disciplina, confianza y creatividad: tres músculos que también se entrenan

La constancia y la disciplina, esenciales tanto en el deporte como en el liderazgo, se refuerzan mutuamente. Un hábito físico sostenido en el tiempo fortalece el compromiso personal, una virtud indispensable en quien guía a otros. “Si no hay disciplina, es difícil ver resultados”, afirma Antequera. Esa misma lógica aplica al liderazgo: sin esfuerzo diario, no hay crecimiento.

Por otro lado, el ejercicio regular impacta de forma positiva en la autoestima. Sentirse fuerte, ágil o simplemente activo influye en cómo un líder se ve a sí mismo y cómo enfrenta los desafíos del día a día. “Al estar bien lúcidos y activos, nos permite tomar las mejores decisiones en el trabajo con confianza y tranquilidad”, señala Antequera.

La creatividad, por su parte, también se nutre del movimiento. Muchas veces, las ideas más originales surgen tras una caminata o una sesión de entrenamiento. Al liberar la mente del estrés, el ejercicio abre espacio a nuevas formas de pensar. “Después de realizar actividad física, las ideas van a fluir y nacerán la creatividad y la innovación en nuestras decisiones”, explica.

No se trata de seguir una rutina estricta de gimnasio o correr maratones. Lo importante es mantenerse en movimiento: una elongación diaria, una caminata corta, un entrenamiento breve pero constante. El cuerpo sabe lo que necesita y el liderazgo también.

El liderazgo también se entrena

Encontrar tiempo para ejercitarse es uno de los grandes desafíos para líderes ocupados. Pero justamente por eso, es aún más necesario. Organizar la jornada, priorizar el bienestar y recordar que la salud personal impacta directamente en la salud del equipo es un paso fundamental. Como sugiere Antequera: “Debemos pensar que lo más importante somos nosotros para que nuestro equipo de trabajo funcione”.

Líderes reconocidos como Barack Obama o Cristiano Ronaldo cada uno en su ámbito han hecho del ejercicio una parte esencial de su rutina. No es una coincidencia, sino una elección estratégica que fortalece no solo el cuerpo, sino también el carácter y la visión.

Hoy más que nunca, liderar requiere estar presentes, enfocados, conectados. Y para eso, nada mejor que empezar por el cuerpo. Porque un líder en movimiento es un líder más fuerte, más claro y más humano.