
FERNANDO PEÑA ÁVILA: el ejecutivo que lidera desde el campo y la oficina
Por Nathalia Sejas /Fotografía Nelson Loayza
En el dinámico mundo de los negocios en Bolivia, pocos líderes integran con tanta naturalidad el rigor corporativo con el compromiso social y deportivo. Fernando Peña Ávila es un verdadero “Gentleman” que representa ese equilibrio entre liderazgo empresarial, vocación comunitaria y pasión por el golf. Para él, este deporte no es solo una actividad: es una forma de vida que refleja los valores que han guiado su carrera.
Con más de 30 años de experiencia laboral, Fernando ha construido una trayectoria sólida, combinando formación técnica e internacional con resultados concretos. Estudió ingeniería en Brasil y obtuvo una maestría en Bélgica. Desde hace 14 años lidera ETV S.A., la empresa de transporte de valores más importante del país, que hoy cuenta con el 62% del mercado y más de 430 colaboradores. También ha trabajado como consultor en Bolivia, Panamá, República Dominicana y Brasil, especializándose en planificación estratégica y reingeniería de procesos. Su liderazgo trasciende el ámbito privado: recientemente fue elegido como miembro del Directorio de la Cámara Nacional de Comercio de Bolivia (CNC), donde aporta su visión para el desarrollo económico del país desde una perspectiva ética y moderna.
Conectar dos mundos con una sola visión
Ese mismo enfoque integral lo aplica hoy como presidente del La Paz Golf Club, un cargo que asume con el mismo compromiso con el que lidera equipos empresariales. “En ambos ámbitos, creo firmemente en la importancia del liderazgo, la colaboración y la innovación”, afirma. Para él, esta nueva responsabilidad complementa su labor profesional. “Después de más de 14 años de haber sido recibido con los brazos abiertos por el Club, me siento comprometido a apoyar su crecimiento, sostenibilidad y también poder promover el golf en un entorno saludable y divertido”.
El golf, más allá de lo deportivo, le resulta una fuente constante de aprendizaje. “Me apasiona porque es un deporte que exige disciplina, responsabilidad y mucha dedicación, y que se fundamenta en valores como la honestidad y el respeto”, explica. Valores que, según él, también definen el liderazgo empresarial efectivo.
Diagnóstico, estrategia y acción
Su visión incluye fortalecer la Academia de Golf, establecer convenios de reciprocidad con clubes y colegios, y posicionar al Club como referente internacional en turismo deportivo. “Nuestro Club se distingue como el Campo de Golf de Competición más Alto del Mundo”, resalta, reconociendo esta particularidad como una ventaja para atraer jugadores internacionales.
En esa línea, se trabaja en alianzas con hoteles y agencias de viajes. “Estamos trabajando de manera estratégica para fortalecer alianzas y convenios con hoteles locales y agencias de viajes internacionales”, explica. Su meta: atraer eventos de alto nivel y proyectar una imagen moderna e innovadora del golf boliviano. El golf de altura ofrece una experiencia distinta que puede posicionar a Bolivia en el radar deportivo global.
Formación con impacto social
Más allá de lo competitivo, Fernando ve en el deporte una herramienta poderosa de transformación personal y social. Uno de los ejes principales de su gestión es la formación de nuevos talentos a través de la Academia de Golf. Por eso impulsa un acceso más inclusivo, superando barreras económicas. “Ofreceremos un plazo prudente para que puedan matricularse en la Escuela de Golf sin compromiso de compra de acciones durante un período determinado”, afirma.
Además del golf, el Club ofrece otras disciplinas, creando un entorno ideal para el desarrollo integral de niños y jóvenes. “Esto proporciona un entorno ideal para que niños y jóvenes practiquen diversos deportes, incluyendo el golf, en un ambiente familiar y acogedor”, señala. Su visión es clara: formar no solo deportistas, sino personas comprometidas con su comunidad.
Liderazgo aplicado a realidades cambiantes
El enfoque que hoy aplica en el Club es fruto de su experiencia en escenarios complejos. Fernando sabe que liderar no es imponer, sino adaptarse e inspirar. “Mi mayor desafío como líder ha sido adaptarme a los cambios y gestionar la incertidumbre en entornos complejos y dinámicos”, afirma. Esa capacidad es esencial tanto en la empresa como en el deporte.
“Descubrí que el respeto por las personas y la claridad en la comunicación son los pilares que sostienen cualquier proceso de transformación”, explica. Estos principios guían también su labor en el Club, orientada a construir una institución participativa y con visión de futuro.
Para Fernando, el golf es una metáfora del liderazgo: requiere estrategia, concentración, capacidad de recuperación ante el error y una actitud constante de mejora. “Liderar no se trata de imponer una forma de hacer las cosas, sino de inspirar, escuchar y adaptarse”, concluye.
Inspirando a las nuevas generaciones
En esa misma línea, extiende su mensaje a quienes empiezan su camino profesional. Está convencido de que Bolivia necesita líderes con valores firmes, visión y compromiso social. “A los jóvenes profesionales bolivianos, les quiero transmitir un mensaje que refleje la importancia de crear una nueva cultura de gestión y liderazgo basada en valores fundamentales como la responsabilidad, la honestidad, la perseverancia y el compromiso”.
Para él, el éxito personal solo cobra sentido si se traduce en impacto colectivo. “El liderazgo no solo se trata de alcanzar objetivos personales, sino también de hacer una diferencia positiva en la sociedad”, afirma.
Fernando cree firmemente en el potencial del país, pero también en el trabajo necesario para activarlo. “Creo firmemente que Bolivia tiene un gran potencial y que ustedes, como futuros líderes, son clave para aprovecharlo y llevar al país hacia un futuro próspero”.