Samaipata: donde se juntan la aventura y el descanso en las alturas

Por: Marcelo Campos y Fotografías: Internet

A tan solo 120 kilómetros de distancia desde Santa Cruz de la Sierra, se encuentra el pueblo de Samaipata, que en quechua significa descanso en las alturas. Se trata de uno de los principales destinos turísticos del departamento oriental, debido a que contrasta con la llanura predominante de la región. Y es que Samaipata cuenta con un agradable clima templado y sus paisajes se convierten en un espectáculo para los ojos de los visitantes.

El Fuerte es tal vez el mayor atractivo turístico de Samaipata, por tratarse de una enorme roca que fue esculpida por culturas precolombinas, que fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco a finales de los noventa. Se conoce que pasaron por el lugar distintos pueblos que dejaron sus huellas. Ellos fueron los chanés, los incas, los guaraníes y por supuesto los españoles.

La piedra tallada de El Fuerte es la más grande del mundo y se puede observar en sus capas la forma de diversos animales: serpientes, jaguares y pumas. El consenso es que se trató de un lugar en donde se realizaban rituales religiosos y cósmicos. Este sitio arqueológico es visitado por cientos de turistas nacionales y extranjeros, siendo suficiente para recorrerlo, alrededor de tres horas.

En cada espacio de interés existe señalética que explica el contexto de cada sitio; por ejemplo, en uno de los rincones se puede gritar a gusto para que al instante se escuche el eco o en otros están separados espacios en donde se dice que estaban las viviendas de sus antiguos moradores. Durante el recorrido las vistas son espectaculares y la tranquilidad destaca entre los cerros. Para llegar a este paraje es necesario contratar los servicios de un taxi desde el pueblo, toda vez que son casi 9 kilómetros de distancia.

Otro destino que se puede visitar en Samaipata es el bosque de helechos gigantes en el Parque Nacional Amboró, una experiencia sacada de la película Jurassic Park, ideal para los amantes del trekking y de la naturaleza. Estos enormes helechos de más de 10 metros de altura, solo pueden encontrarse en cinco países del mundo, siendo uno de ellos Bolivia.

El lugar no se encuentra señalizado, por lo que es necesario visitarlo con un guía local que conozca el camino. De esta forma se tendrá un recorrido seguro y con la información necesaria que ofrezca el experto tanto de la flora como la fauna. Las rutas pueden ser de por lo menos dos horas y máximo seis horas, dependiendo de las condiciones de los visitantes. El lugar se encuentra a 12 kilómetros al norte del pueblo, por lo que es necesario realizar la visita con una agencia turística.

Otra actividad a realizar en Samaipata es la observación de cóndores. A 40 kilómetros al sur del pueblo en medio de las montañas, estas imponentes aves construyen sus nidos en las alturas, por lo que el visitante las puede ver pasar de un lugar a otro, haciendo piruetas en caída vertical y a veces en grupos de docenas. Todo un privilegio para los ojos presenciar los movimientos de estos hermosos animales.

Si llevas binoculares para poder observar los detalles de los cóndores, la experiencia será más satisfactoria. Tampoco olvides llevar bloqueador solar, sombrero o camisa manga larga para no ser afectado por los rayos solares. Al tratarse de un lugar más alejado y porque se debe

caminar por una o dos horas, esta actividad requiere una jornada para completarla sin contratiempos.

El encantador pueblo de Samaipata también con un refugio de animales rescatados en donde se puede realizar voluntariado. Este lugar es autogestionado, por lo que lucha por mantenerse de pie en favor de los animales silvestres que han sufrido algún daño de la mano humana.

En la zona también existen una gran cantidad de cabañas para los visitantes que deseen pasar varios días descubriendo sus rincones. Y es que la hermosa vista que genera el valle en las personas, hizo que muchos extranjeros tomen este pedacito boliviano como su hogar, por lo que es común encontrar a suizos, alemanes, franceses, italianos, españoles o argentinos gerenciando algún negocio o como dueños de una propiedad. Además, que forma parte del paisaje del pueblo las decenas de mochileros que caminan por sus calles, no por nada se ha denominado a Samaipata como el pueblo más hippie de Bolivia.